Los polos de hielo son los más fáciles que puedes preparar. En este artículo voy a explicar los porqués de los polos y lo que necesitas saber para poder formular tus propios polos de hielo, teniendo en cuenta las características de los ingredientes.

No necesitas mucho equipamiento ni ingredientes especiales, para empezar solo unos moldes para polos, tener espacio en el congelador y una batidora normal y corriente.

El propósito es hacer paletas o polos de hielo con sabores de frutas utilizando para ello las propias frutas frescas o congeladas o zumos de éstas. Una vez congelados tendremos unos refrescantes helados mucho más baratos y sanos que cualquier variedad comercial y, además, siempre podrán ser a nuestro gusto porque para eso controlamos todo el proceso, desde la compra de las frutas hasta la congelación.

Es tremendamente fácil y apto para quienes no saben ni hervir pasta aún ;)

Los ingredientes: las frutas

Para usarlas en los polos podemos batirlas, hacerlas en trocitos, hacerlas puré, licuarlas, ponerlas en lonchitas... lo mejor es elegir el proceso que mejor se adapte a la fruta que vayamos a usar y siempre que sea posible, no descartar la pulpa, que contiene mucha fibra y que ayuda a dar una textura cremosa a los helados. Por ejemplo si hacemos polos de naranja, que sea de zumo de naranja hecho con exprimidor y añadiendo la pulpa, no quitándola.

Las frutas carnosas hacen polos más cremosos. Por ejemplo: el plátano, melocotón, nectarina y mango. No es solo por su menor cantidad de agua, es por su textura en general, mucho más tierna y esponjosa. Además, son las frutas más fáciles de utilizar si eres principiante, ya que el éxito está asegurado.

Solo tienes que pelar las frutas, cortarlas en trozos, batirlas con la batidora, verter en las poleras y dejar que se congelen.

Elige siempre frutas maduras que estén dulces (prueba un trocito primero).

No tiene ningún misterio: a menos cantidad de agua, menos cantidad de cristales grandes de hielo se formarán durante la congelación del polo.

Estos cristales de hielo grandes son los que hacen que los polos de hielo puedan quedar muy duros, así que siempre que evitemos que se formen tendremos polos más agradables al tacto.

Color

El color es muy atractivo y debería sugerirnos inmediatamente de qué sabor es el polo. Utilizando frutas y zumos de frutas frescas obtendremos colores brillantes y atractivos, pero también podemos combinar colores en un mismo polo para que contrasten, por ejemplo mitad fresas (rojo intenso) y mitad kiwi (verde intenso). Cuanta más cantidad de fruta usemos, más brillante será el color, más sabroso parecerá (además de serlo).

Hay frutas que contienen pigmentos que son sensibles al pH del medio, y podemos jugar con ello. Por ejemplo los arándanos y frambuesas. En medios ácidos se van volviendo de color rosa más intenso. Podemos batir los arándanos tal cual y añadir un poco de zumo de lima, de limón, o de manzana para que tengan un color rosa fuerte o dejarlos tal cual para que el tono sea más azulado.

Si queremos que un polo tenga varios colores podemos poner primero el puré de una fruta, congelar y después rellenar del todo la polera con el segundo puré de fruta. De esa manera tendremos un polo mitad de un sabor y mitad de otro. Podemos hacerlo también de varios colores, solo hay que dejar que las capas se congelen lo suficiente como para que al añadir la siguiente no se mezclen.

Otra forma de hacer polos de colores es partir de una base de color claro y añadir trocitos pequeños de frutas de colores.

Por ejemplo, podemos poner en las poleras zumo de naranja o de limón y un montón de trocitos pequeños de kiwi, piña, cereza, nectarina, ciruela, papaya, plátano, fresas, etc. Recuerda que estos polos serán más duros, pero los trocitos de frutas estarán más tiernos y masticables.

Dulzor

Las frutas son naturalmente dulces y sus azúcares bajan el punto de congelación, por lo que permanecen más tiernas que el propio helado cuando las añadimos en trocitos (salvo que estén verdes o sean muy poco dulces).
Además son ingredientes sanos que contienen vitaminas y minerales, así que a la hora de hacer polos es la mejor opción que tenemos.

Si necesitamos un extra de dulzor podemos añadir dátiles maduros bien batidos (sin hueso), que es otra fruta carnosa y muy dulce.

Textura

Algunas frutas contienen mucha agua y pocos azúcares y pueden hacer que nuestros polos queden duros como una piedra. Por ejemplo la sandía. En ese caso podemos usar sandía triturada o batida junto con trocitos muy pequeños de la propia fruta para evitar que se convierta en un bloque de hielo difícil de comer. Y que los trocitos sean pequeños, si no la textura del polo podría quedar arenosa.

En estos casos podemos añadir también otros ingredientes para mejorar el polo. Por ejemplo una o dos cucharadas de zumo de limón, que resaltan el dulzor de la sandía, o ingredientes con menos proporción de agua como yogur de soja natural o plátano (si queremos mezclar con otra fruta).

Algunas frutas pueden sufrir algún tipo de transformación antes de ir a los polos para mejorar su sabor y/o textura. Por ejemplo el calor mejora el sabor de la piña y de las cerezas, pero no funciona tan bien con las fresas (salvo que hagamos una especie de mermelada).

Podemos trocear o triturar la piña y hervirla 8-10 minutos a fuego lento-medio y dejarlo enfriar antes de meter en las poleras y congelar para tener unos polos con más sabor a piña y menos contenido de agua (más tiernos).

Las frutas congeladas también son buenas opciones para los polos, sobre todo cuando son frutas que no están en temporada. En algunos supermercados podemos encontrar frambuesas y fresas congeladas. Se pueden batir directamente y añadir a las poleras, congelarán muy rápido.