Recuperar la curvatura natural de la espalda
Cuando las curvaturas se incrementan o se enderezan se produce una alineación inadecuada que somete a las vértebras a estrés mecánico. De esta manera tienen lugar procesos de desgaste de las articulaciones posteriores de la columna (las interapofisarias) y se inician procesos patológicos como la deshidratación, la degeneración discal, la protrusión o la hernia discal, la artrosis y el pinzamiento discal nervioso.
Es importante tener un diagnóstico acertado en cuanto a la alineación de las curvaturas. Muchas personas, sobre todo mujeres, creen que tienen la curvatura lumbar demasiado acentuada por el hecho de tener un volumen muscular o una acumulación de grasa algo acentuado en los glúteos; por eso suelen meter la pelvis hacia adentro (lo que coloquialmente se llama "relajar las lumbares" o "alargar la columna"), tanto de pie como al sentarse.
Pero ese gesto está muy lejos de beneficiar a la columna. Lo que se suele conseguir así es lo que se llama técnicamente una rectificación lumbar, una afectación muy difundida hoy, observable ya en niños de edad escolar.
Cuando la curvatura lumbar disminuye, la carga del peso canalizado por la columna no se transmite homogéneamente por toda su estructura y presiona principalmente la cara anterior de los discos vertebrales, lo que lleva a los discos vertebrales a perder su grosor y se considera la principal vía que encamina a los discos a protruirse y herniarse.
Además, este excesivo enderezamiento lumbar densifica y acorta el tejido miofascial en su forma de ligamentos de la columna y hace que sentarse de una manera erguida y adecuada se haga cada vez más difícil, justamente porque las fascias se han vuelto densas, deshidratadas y poco flexibles a lo largo de los años.
El efecto nocivo de la enderezamiento lumbar no acaba aquí, sino que sigue afectando a otros niveles, como por ejemplo la respiración.
La pérdida de curvatura lumbar suele ir acompañada de una acentuación de la curvatura dorsal (hipercifosis) y, por lo tanto, del cierre de la caja torácica, lo que disminuye el volumen respiratorio. Se pierde así plenitud en la respiración debido a que el diafragma ve reducido el espacio de que dispone para bajar y subir; eso hace la respiración más superficial e invita a la mente a adoptar una actitud más agitada e intranquila.
De ahí la importancia de alinear adecuadamente la columna, a lo que te ayudarán los estiramientos que te hemos ofrecido. Con una buena alineación, el diafragma puede ubicarse en su posición funcional óptima, con el máximo espacio para moverse libremente, lo que propicia una buena sintonía emocional.
La actitud también afecta a la postura
Una buena alineación física empieza con la actitud, pues el sentido que damos a la vida en general y a la nuestra en concreto afecta directamente a la postura física. El cuerpo somatiza los pensamientos, el diálogo interno continuo y la actitud vital.
Por eso para estar bien alineado o "sentarse bien" no basta con realizar estiramientos y seguir los consejos que se ofrecen sobre la mejor manera de sentarse, sino que hay que evaluar los pilares de la vida: su sentido y trayectoria, las creencias o convicciones, la fe que se tenga, el papel del amor (tanto la definición como su práctica diaria, que incluye la tolerancia y el perdón)...
Puede ser recomendable realizar este trabajo de crecimiento personal con un profesional o en grupo. De este modo, además de poder valorar otras perspectivas diferentes, se asegura la constancia y se crea un ambiente de apoyo.
La alineación física
Respecto a la alineación física, hemos de recordar que no existe una alineación corporal perfecta para todo el mundo. No hay un patrón correcto rígido y homologado que se adecue a cualquier tipo de morfología, edad, proceso de degeneración y patológico, patrón emocional, actividad deportiva, situación laboral, etc.
Todos tenemos anomalías y asimetrías en la alineación de las articulaciones y en la tensión muscular, incluso sin ser conscientes de ello (un hombro más alto que otro, pies planos o cavos, curvaturas escolióticas, anomalías en la posición de la pelvis, una tendencia a inclinar el cuerpo hacia delante, incluso sentados, etc.).
Hay que tener en cuenta que si nuestro organismo se organiza de una manera determinada es porque se trata de la postura más equilibrada que ha podido conseguir dentro del desequilibrio en el que se encuentra. Buena parte de los dolores causados por anomalías articulares y tensiones miofasciales no son más que conflictos mecánicos provocados por la imposibilidad del organismo de ofrecer una respuesta mecánica adaptativa que mantenga la funcionalidad de las estructuras implicadas.
Hay que recordar que la utilización inadecuada del cuerpo es uno de los factores más importantes en cuanto a la aparición de los procesos dolorosos y patológicos comunes del aparato locomotor.
En ese sentido es importante encontrar un equilibrio, por un lado, entre intentar no controlar el cuerpo (en especial si no se ha consultado con un profesional) y, por otro, en poner su estructura ósea en su posición adecuada. Se trata no solo de no empeorar sus anomalías, sino también de mejorar y evitar desarrollos de degeneración articular y contracturas musculares.
Para un uso óptimo del cuerpo existen herramientas básicas y prácticas que tienen como objetivo alinear la estructura ósea y, por lo tanto, la musculatura de la manera más fisiológica posible. Los estiramientos que te hemos propuesto son un ejemplo.
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