Sabemos, por la información que recibimos constantemente, que los antioxidantes son fundamentales para la salud de las células y tejidos de nuestro organismo o para retrasar los signos de envejecimiento de la piel. Pero ¿qué son y para qué sirven? ¿Cómo podemos aprovecharlos?

Los antioxidantes son sustancias naturales sintetizadas por las plantas para defenderse y que están presentes en los frutos, las hojas, las ramas y hasta en las raíces. Entre los antioxidantes más comunes se encuentran las vitaminas A, C y E, los betacarotenos, los polifenoles, el licopeno, la luteína y el selenio. Todos tienen en menor o mayor grado acción protectora y preventiva, aunque el antioxidante más potente se encuentra en los arándanos y es un polifenol llamado pterostilbeno.

Del alimento directo a tu piel

Los antioxidantes preservan y activan las propiedades organolépticas de los alimentos y estos, al ser ingeridos, protegen nuestras células. Tienen propiedades antiinflamatorias, ayudan a regular la glucosa en sangre, previenen el infarto de miocardio, el ictus, los procesos neurodegenerativos, refuerzan la inmunidad e incluso tienen propiedades anticancerígenas. También son básicos en los cosméticos anti-age o antienvejecimiento, pues combaten los radicales libres que aceleran la oxidación y el envejecimiento de la piel.

Los antioxidantes cosméticos son, además de las vitaminas E y C y la coenzima Q10, toda sustancia que los contenga y pueda generar una acción protectora, reparadora o preventiva de los signos del envejecimiento, como el extracto de malva o el extracto de vid roja, rico en resveratrol.

Aceites para una piel joven

Los aceites vegetales ricos en ácidos grasos esenciales son altamente antioxidantes y actúan como agente antienvejecimiento. Entre estos aceites maravillosos encontramos el aceite de semillas de frambuesa, arándanos, arroz, babaçú, borraja, cáñamo, cártamo, espino amarillo, germen de trigo, granada, grosellero negro, kiwi, lino, pepita de tomate, perilla, higo chumbo, manteca de mango y rosa mosqueta. Con ellos puedes elaborar serums reparadores y preventivos, cremas, lociones y contorno de ojos anti-age.

Sérum antiedad con aloe vera

Ingredientes para 15 g:

  • 12 g de gel de aloe vera
  • 33 gotas de agua destilada o mineral
  • 20 gotas de aceite vegetal de arándanos o frambuesa
  • 2 gotas de aceite esencial (AE) de geranio
  • 2 gotas de AE de jara o ciste

Elaboración:

  1. Para medir los ingredientes, utiliza una balanza de joyero y un gotero.
  2. Pon el gel de aloe en un bol y agrega uno a uno los ingredientes, removiendo entre cada adición para que todo quede bien integrado.
  3. Vierte en una botella dosificadora o en un roll-on. Dura un mes.
  4. Aplica una pequeña cantidad de sérum en el rostro y cuello y masajea hasta que se absorba completamente. Evita el contorno de los ojos.
  5. Un consejo final: prepara poca cantidad, lo que vayas a consumir en un mes aproximadamente.

Propiedades

Este sérum, con ingredientes antioxidantes que aportarán un efecto rejuvenecedor, es ideal para pieles maduras, delicadas, secas o irritadas gracias al efecto calmante y reparador del aloe vera.

Contorno de ojos

Ingredientes para 10 g:

  • 8 g de aloe vera en gel
  • 22 gotas de aceite de higo chumbo
  • 2 gotas de ácido hialurónico
  • 2 gotas de coenzima Q 10

Elaboración:

  1. Pon en un recipiente el gel de aloe y agrega el ácido hialurónico, mezcla y agrega el aceite de higo chumbo y la coenzima Q10. Remueve bien hasta integrar todos los ingredientes.
  2. Vierte el preparado en una botella roll-on con una jeringa y conserva en un lugar fresco y oscuro. Dura hasta 3 meses en la nevera.
  3. Aplica a diario y masajea las líneas de expresión hasta su absorción.

Propiedades

Este contorno es rico en aceites con vitaminas A y E. Además, le agregamos activos antienvejecimiento que regeneran, hidratan y reafirman la piel del contorno de ojos.