Las habas, una legumbre de grano grande y aplanado, son una delicia que anuncia, cuando madura, la cercanía o la llegada de la primavera. Podemos plantar habas en el huerto y cultivarlas para disfrutar de ellas bien frescas en nuestras recetas.

La frase «en todos los sitios cuecen habas» alude al hecho de que el haba es una planta clave en todos los huertos. Se puede cosechar como verdeo antes de la formación de sus granos. Después, sus granos verdes son ideales para ensaladas, y para dejar secar las habas y almacenarlas.

La planta del haba

La planta de la haba (Vicia faba) es anual, trepadora y semierecta, de tallos gruesos y angulosos. Las hojas son compuestas y de color verde oscuro. Las flores tienen pétalos blancos con manchas violáceas, de las más bellas del huerto.

El fruto es una legumbre de 10-30 cm de largo que dentro tiene un tabique afelpado, donde se encuentran las semillas, alineadas y bien protegidas.

Cuándo se siembran las habas y cómo hacerlo

Las habas se siembran directamente en los bancales, desde mediados de octubre hasta mitad de febrero, preferiblemente por tandas. Sigue este procedimiento:

  1. Es conveniente hidratar las semillas desde el día anterior para facilitar su germinación; y preparar el suelo en profundidad para facilitar el desarrollo de su potente sistema radicular.
  2. Haz hoyos cada 20 cm y agrégales un puñadito de cenizas –un extra de potasio que las beneficia–.
  3. Coloca 3 semillas en cada uno a 5 cm de profundidad.
  4. Rellena los hoyos con tierra y riega con moderación.
  5. La otra línea de cultivo, sepárala a 50 cm.

También puede cultivar habas en macetas de 7 litros o más. A los 10 días de sembrarlas, verás emerger las plantitas.

Por qué sembrarlas en tandas

Si siembras las habas en tandas desde mediados de octubre hasta mitad de febrero, podrás disfrutar de las habas por más tiempo.

  • Las que consumas verdes, siémbralas en otoño.
  • Las que reserves para semilla o para consumir como haba seca, puedes dejarlas más tiempo y esperar así a que las vainas cojan un color tostado y estén secas al tacto. Luego las desgranas y las dejas orear.

¿Qué Cuidados necesitan las habas?

Al alcanzar las plantas los 20-25 cm de altura, entutora y aporta tierra en la base para evitar roturas, ya que el tallo es bastante frágil. El despunte del ápice favorece la formación de nuevas ramas. Una cobertura de paja será útil tanto para las plantas como para la salud del suelo.

Una vez terminado el cultivo, incorpora las plantas al suelo a modo de abono verde, ya que son un excelente aporte de nitrógeno y materia orgánica.

En cuanto a las necesidades de la planta del haba, estas son las más destacadas:

  • Suelo. Prefiere los suelos arcillosos, profundos y frescos. No soporta los mal drenados. Tolera los salinos.
  • Luz. Cultívala a pleno sol, aunque puede soportar algo de sombra.
  • Riego. Lo mejor es que el riego sea esporádico. Pero ten en cuenta que el haba es especialmente sensible a la falta de agua durante la floración y el llenado de las vainas.
  • Asociaciones. La planta del haba crece bien junto a ajos y caléndulas. Los primeros repelerán patógenos y las flores atraerán a controladores biológicos.

¿Qué plagas afectan a las habas?

El pulgón negro del haba (Aphis fabae) es su plaga más frecuente.

Son pequeños, oscuros y con el cuerpo con forma de pera, y se ubican en los extremos del tallo principal y en los brotes nuevos. Se alimentan de la savia y excretan el exceso de azúcar (melaza) por la parte posterior de su cuerpo. De esta melaza, se alimentan las hormigas que los protegen y transportan.

El cultivo de plantas con flor que atraigan a sus depredadores es una buena gestión del problema. Para eliminarlos, puedes cortar los extremos de los brotes o aplicar preparados de jabón potásico o aceite de neem.

Si el otoño es más húmedo de lo habitual, podría haber ataques de hongos como botritis (Botrytis fabae) o de mildiu (Peronospora belbahrii), que se evidencian con manchas marrones y provocan la caída de las hojas. Espolvorea con cenizas de madera, mantén las plantas aireadas y disminuye la frecuencia de riego.

Un cultivo muy antiguo

El origen del cultivo de las habas se remonta a Asia Menor y el norte de África. Después, se extienden por toda la costa mediterránea y, siguiendo la Ruta de la Seda, llegan hasta China.

Egipcios y griegos también las consumían, aunque fueron los romanos quienes seleccionaron el tipo de haba de grano grande y aplanado que se consume hasta la actualidad.