El bosque otoñal nos ofrece un paisaje espectacular, aire puro y los mejores alimentos para tomar en otoño. Las castañas son uno de los alimentos claves de esta temporada, ¡son pura energía!

Entre los frutos secos más habituales, las castañas son de los menos calóricos con solo 196 kilocalorías cada 100 gramos. Cada ración castañas rondaría los 30 gramos sin contar la cáscara. Tienen un alto contenido en hidratos de carbono aproximadamente un 40% y un 2% de contenido en grasas, mucho menos que otros frutos secos. 

Las castañas también contienen una gran cantidad de vitamina C y E y minerales como el potasio, el magnesio, el hierro y el fósforo.

Cómo cocinar castañas

Todos hemos tomado alguna vez el clásico cono de castañas asadas paseando por la calle en otoño o hemos contemplado los botes de marron glacé en la despensa de la abuela. Pero las castañas no se limitan a estos dos formatos, tienes muchísimas formas de cocinarlas e incorporarlas a tu dieta. Te contamos las 7 que más nos gustan, ¿conoces alguna más?

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Escaldadas

La castañas son apreciadas por su textura y suavidad, especialmente las gallegas con denominación de origen y las del Bierzo. Se pueden consumir crudas siempre que sean frescas, aunque resultan algo indigestas por su riqueza en almidón.

Hay que pelarlas y lo mejor es escaldarlas o freírlas unos minutos. Si se dejas en remojo ocho horas son más digeribles.

Las castañas escaldadas se utilizan generalmente fileteadas en ensaladas y para dar textura a crumbles o elaborar vinagretas, patés vegetales y pestos.

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Mermelada de castañas

La mermelada de castañas está deliciosa en tostadas, rellenos de tartas o crepes, y como acompañamiento de platos salados. Puedes seguir esta receta:

Receta de mermelada de castañas

Ingredientes:

  • castañas
  • azúcar
  • agua
  • vaina de vainilla

Preparación:

  1. Haz un corte horizontal en las castañas igual que hacemos para asarlas y hiérvelas 10 minutos para poder pelarlas mejor.
  2. Una vez peladas y retirada la cáscara y la piel, pésalas para poder elaborar un almíbar ligero con 750 gramos de azúcar y 200 ml de agua por cada kilo de castañas.
  3. Para hacer el almíbar, disuelve el azúcar en el agua a fuego medio durante unos 15 minutos. Es muy importante que no dejes de remover para que no se caramelice. El almíbar estará listo cuando se haya espesado.
  4. Añade al almíbar el puré de castañas y una vaina de vainilla abierta y cuécelo todo durante 20 minutos. Si la mezcla se espesa demasiado, puedes añadir más almíbar o mermelada de albaricoque.

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Castañas asadas o tostadas

Puedes tomarla sola o acompañando pastas, arroces o guisos, como guarnición o parte de una salsa.

  1. Antes de asarla o tostarla hazle un corte horizontal para cocerla mejor y que no reviente.
  2. Hornéalas a 180ºC o ásalas en una sartén –con o sin orificios– y tapada.
  3. A continuación envuélvelas en un paño y estrújalas con suavidad para retirar la cáscara y la piel amarilla, que es áspera e indigesta.

Un truco: si la humedeces con gotitas de agua antes de cocinarla no se reseca.

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Castañas cocidas en agua

Antes de utilizarlas hay que cocinarlas bien para que pierdan astringencia y resulten más digeribles. Suelen servirse en purés, cremas y salsas, pero también con otros frutos secos, mezcladas con sus jugos de cocción o como sabroso relleno.

Combinan con verduras glaseadas, pastas, arroz tipo pilaf, espinacas, boniatos, setas y patatas.

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Harina de castañas ¡sin gluten!

Se obtiene moliendo castañas deshidratadas y peladas. Tiene un sabor ligeramente dulce y ahumado y se utiliza para elaborar galletas, bizcochos, mezclada con otros cereales (quinoa, arroz...), para hacer pan, ligar salsas, espesar o rebozar.

Es una harina que ha de consumirse con rapidez porque pierde su aroma. No contiene gluten, por lo que es adecuada para celiacos.

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Castañas pilongas

Son un tipo de castañas peladas y secadas tradicionalmente con humo que se conservan así todo el año. Para usarlas debes dejarlas en remojo durante un buen rato antes. Se pueden moler y picar, pero enteras son ideales para cocinarlas en guisos, estofados y platos invernales de larga cocción.

Hervida con agua o alguna leche vegetal permite también elaborar cremas dulces o saladas. Al secarse pierde agua y su sabor es más dulce, por lo que se suele usar en repostería.

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Marron glacé

Es una exquisitez de la repostería francesa. Para elaborarla se eligen las mejores castañas (de un solo fruto dentro de la cáscara espinosa), se pelan y se confitan con un almíbar perfumado con especias hasta que quedan dulces, tiernas y casi transparentes.

Para hacer marron glacé en casa, las castañas se deben hervir, pelar, hervir de nuevo, cocer en almíbar, dejar reposar, volver a cocer y dejarlas secar.